! Que agradable y grata impresión me provocó esta bella imagen!
Esta señora acompañada de sus dos nietos, quienes iban felices "danzando" a su alrededor como si se tratara de ritual prehispánico vendía ciruelas y mangos. Su unidad de medida era una lata de sardinas, como se acostumbraba antiguamente.
Esta fotografía fue tomada durante uno de los primeros días del “arraigo domiciliario” al que quiso someternos el “gobierno” espurio con tapabocas y rechazo al prójimo, por eso tuvo aún más relevancia para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario